Por: Lenin Contreras

En febrero de 2022, el Índice de Precio de Alimentos de la FAO se ubicó en un nivel histórico. El índice subió 3.9 por ciento más que en enero, un 24.1 por ciento más que hace un año, la explicación de la FAO sobre el incremento del costo de los alimentos se basa en los efectos negativos de la Guerra de Ucrania, ya que este país es un importante productor mundial de trigo y maíz, por lo que se prevé que el conflicto afecte el suministro mundial. 

Por su parte Upali Ara, economista de la FAO, agregó que el crecimiento acelerado de precios es resultado más de factores externos, como el incremento de los costos de la energía y fertilizantes, y no tanto de las condiciones de los cultivos y la disponibilidad adecuada de las exportaciones, lo que impacta en las tasas de utilidad de los productores y tiende a desincentivar la producción. 

Sin embargo, una observación más detallada, más allá de la coyuntura de la Guerra, muestra que la subida del precio de los alimentos se presentó desde 2003, alcanzando picos históricos en 2011 y 2022.

Fuente: Elaboración propia con datos de la FAO. https://www.fao.org/worldfoodsituation/foodpricesindex/es

Las explicaciones de por qué los precios de los alimentos suben son varias. Desde el carácter monopolista del régimen mundial agroalimentario, pasando por la utilización de los precios de alimentos como activos financieros e instrumentos de especulación, hasta los efectos de las sequias e inundaciones provocadas por el cambio climático o el desmantelamiento de unidades campesinas que otrora abastecían el mercado. Independientemente de cuál de las explicaciones es más correcta, es un hecho que en el fondo de la cuestión está el capitalismo y los efectos negativos de convertir los alimentos en mercancías.  

Como resultado del capitalismo, la inflación generalizada de los precios, particularmente el de los alimentos, agravará la situación de pobreza extrema o alimentaria en que se encuentran las personas. Según el organismo independiente OXFAM, 745 millones de personas en 2021, cifra que supera en 100 millones a la población en condiciones de extrema pobreza previo a la pandemia. 

La pobreza alimentaria agravada por el alza de los precios de los alimentos podría desatar importantes manifestaciones. Walden Bello documentó que tras la crisis alimentaria de 2007-2008 se vivieron movilizaciones populares en por lo menos 30 países. Tampoco sobra recordar, que como lo apunta Luis Arismendi, los incrementos abruptos en los precios de los alimentos han desatado con frecuencia revoluciones: la Revolución Francesa de 1789, la Revolución Rusa de 1917, la China de 1949, etc.  

No esperamos que las grandes corporaciones transaccionales de alimentos, semillas y fertilizantes tiendan la mano samaritana para atender las necesidades de hambre del mundo. Pero, si la hambruna se profundiza, que los capitalistas no esperen que los pueblos esperarán pacientemente a morir de hambre.