Movimiento de Izquierda Revolucionaria

Morelia, Mich. A 29 de Marzo de 2020.- Las condiciones laborales de las y los trabajadores de limpieza en los hospitales de Michoacán son de outsourcing ilegal, esto quiere decir, que además de sufrir la subcontratación -que debe ser eliminada de raíz-, se le suman vejaciones como la de recibir un salario por debajo del mínimo, trabajo obligatorio, acoso y hostigamiento laboral continuo, falta de seguro social y falta de capacitación y además de dotación de material para realizar las labores de limpieza, es decir, la completa ilegalidad tanto en la cuestión laboral, como en la violación al contrato de licitación.

Esta última parte adquiere mayor importancia en medio de la pandemia que estamos enfrentando, pues son responsables las empresas titulares de la licitación pública, las que deben garantizar que las y los trabajadores tengan los habitamentos, uniformes y material necesario para combatir la pandemia, además deben garantizar que las y los trabajadores tengan las adecuadas condiciones de salud para que pueden desempeñar óptimamente su trabajo; sin embargo, los más de 60 millones de pesos anuales (revisar la licitación de 2019 en: https://consultapublicamx.inai.org.mx/vut-web/faces/view/consultaPublica.xhtml#tarjetaInformativa) que recibe la empresa, no le es suficiente para respetar la ley federal del trabajo y el contrato de licitación, prefieren enriquecerse a costa de la superexplotación de las y los trabajadores de limpieza poniendo en riesgo la salud no sólo de este sector, sino de médicos, de enfermeras y además de todos los usuarios que acuden a los hospitales públicos en Michoacán.

Las y los trabajadores de limpieza trabajan en condiciones precarias, flexibilizadas y de subcontratación, pero a pesar de esto, han trabajado conscientemente. Esto significa que a pesar de que no se les da el material, ni los uniformes adecuados, o que no tienen las las condiciones mínimas legales para laborar, han hecho su trabajo buscando no afectar a ningún trabajador, sea este del sector o usuario; sin embargo, la falta de medios de trabajo y la ilegalidad que sufren son factores que no permiten tener en óptimas condiciones los nosocomios y áreas de la salud.


La empresas subcontratadas para brindar servicios de limpieza, de farmacia, insumos, entre otro, están contempladas dentro de una política de descapitalización por parte del ejecutivo estatal, es decir, que a través de pequeñas empresas que cambian de razón social cada año, se busca sacar una buena parte del presupuesto estatal asignado a la salud de las y los michoacanos; esta acción del gobierno, es una acción criminal, pues con ello está recurriendo al desmantelamiento del derecho a la salud, y ahora en medio de la crisis sanitaria existe una imposibilidad real de hacerle frente.

Las consecuencias por esta política de muerte son catastróficas.
Mientras tanto, las y los trabajadores de limpieza quedan totalmente expuestos, manejando incluso los residuos peligrosos biológico-infecciosos (RPBI) sin nada de seguridad ni capacitación para hacerlo (imagen 1 y 2). En lo que fue 2019, las y los trabajadores mencionan que al menos hubo 10 accidentes con estos desechos, como pinchazos de agujas por falta de guantes específicos para manejar estos desechos.

Esto quiere decir que no hay una contención epidemiológica al respecto, pues trabajadores y trabajadoras en su mayoría no cuentan con seguro social, y los y las supervisores de la empresa no conducen a estos trabajadores para que sigan con el procedimiento de revisión y contención epidemiológica.


Tampoco se cuentan con los espacios adecuados para la desinfección de los uniformes y para el saneamiento de los y las trabajadores, así como espacio para poder cambiar su ropaje (imagen 3). Los uniformes se lavan en el mismo lavadero donde se lavan los traperos y jergas para la limpieza, incluso se llegan a dejar escurriendo los uniformes en donde es posible (imagen 4). Esto es responsabilidad tanto de la empresa, como de la Secretaría de Salud en Michoacán.


La Secretaría de Salud en Michoacán y su titular Diana Carpio, si bien mantienen una incapacidad real de supervisar a las empresas licitadas, si mal, mantienen una complicidad con las mismas para la descapitalización del sector salud, desviando el recurso del pueblo de Michoacán, para los fines que determine el ejecutivo estatal y sus titulares. Hablamos por tal, no sólo de corrupción en los órganos de gobierno del estado, sino de una política de clase, que deja sin derechos a la salud y al trabajo a las y los trabajadores y enriquece al sector empresarial, pero además es una política de control de población en el sentido malthusiano del término, es entonces una política fascista, porque a quienes están condenando a la enfermedad y a la muerte a causa de esta descapitalización de la salud es a nosotros y nosotras, las y los pobres, las y los trabajadores.
Por último, debemos destacar el trabajo de limpieza que están haciendo las y los compañeros de limpieza en los hospitales, este es un trabajo fundamental para la salud en México y por tal, estos trabajadores, que no son técnicos, sino profesionales de la limpieza, deben tener una estabilidad laboral y las condiciones adecuadas para garantizar el ambiente salubre que se necesita en los espacios donde se brida la salud. Se tiene que respetar la Ley Federal de Trabajo y garantizar sus derechos plenos, como un salario por encima del mínimo que garantice una vida digna para la familia del trabajador o trabajadora, tal como manifiesta el artículo 123 de la constitución, además exigimos que se cumpla a cabalidad con el contrato de licitación tal y como está licitado y se amplíe el uso de recurso para la protección de las y los trabajadores de limpieza. Se está exigiendo uniformes dignos y profesional, material adecuado para la desinfección, capacitación y formación, seguridad social. No queremos que las y los trabajadores sean héroes o mártires de la salud, exigimos las condiciones dignas para que sigan con su trabajo.
Por tal situación se debe dar término a la política de descapitalización de la salud en Michoacán y en México, así como darle la basificación a las y los trabajadores que por años han venido trabajando bajo este esquema. En medio de la pandemia, es nuestro deber del gobierno del estado garantizar la salud de las y los michoacanos, entonces comencemos por limpiar nuestro sistema de salud de la corrupción, el oportunismo y las políticas que no benefician a la mayoría de la población. Las muertes que de esta pandemia resultene en el estado será responsabilidad del gobierno del estado y su titular Silvano Aureoles Conejo, así como de la titular de la salud Diana Carpio.