En los últimos tres meses el mundo ha vivido una situación de alarma, histeria social, incertidumbre y miedo, derivada de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del Covid-19 o Coronavirus. Esta situación no solo ha acelerado la recesión económica, sino que ha mostrado las grandes contradicciones de la sociedad capitalista.
Mas allá de las especulaciones sobre el origen del Covib-19 y su utilización como arma de guerra biológica, tesis que tiene su respaldo en las declaraciones del vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lian Zhao; del líder del Partido Liberal Demócrata ruso, Vladimir Zhirinovski; y del jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el general Hosein Salami, quienes no descartan la posibilidad de que el Covid-19 sea parte de un arma biológica usada por Estados Unidos (EE.UU.) contra sus enemigos geoestratégicos, por el momento esto aún no se puede constatar. Lo que si se ha demostrado con la actual emergencia epidemiológica es lo siguiente:
1. La lógica capitalista de mercantilizarlo todo, incluyendo los sistemas de salud, es incapaz de atender socialmente la emergencia sanitaria. Los sistemas públicos o sociales de sanidad están colapsando en Italia, España, Inglaterra e Irán. Los sistemas privados no tienen ni el interés ni la posibilidad de atender la emergencia social. En los Estados Unidos aunque por las presiones se garantizó que las pruebas detectoras del virus fueran gratuitas, los costos del tratamiento son impagables para la mayoría de los ciudadanos norteamericanos. La industria farmacéutica y de biotecnología privatizada, está orientada a la ganancia, no tiene interés en solventar los problemas de salud pública y atender las demandas sociales de medicamentos o insumos de detección o prevención.

2. La ambición y vileza del capital obliga a los trabajadores y trabajadoras a que asistan a los centros de trabajo, pese que en muchos países se ha declarado la emergencia sanitaria, entre ellos Chile, Argentina, España e Italia. La inestabilidad laboral, la flexibilización, la informalidad, la subcontratación, subocupación y los salarios de miseria, que son las condiciones laborales cotidianas en que se encuentran miles de millones trabajadores, impide que puedan enfrentar la emergencia sanitaria siguiendo las reconvenciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o gobiernos locales, las cuales consisten fundamentalmente en imponer una cuarentena forzada a la población, obligándola a quedarse en casa.

3. La situación de miseria, precariedad social y pobreza en que viven miles de millones de personas en el mundo evita que las medidas para contener el contagio y propagación del coronavirus sean ineficaces. Según la OMS el 40 por ciento de la población (3 mil millones) no tiene agua potable; el 50 por ciento (4 mil millones) no cuenta con acceso a un sistema de salud; el 60 por ciento (4 500 millones) carece de servicios de drenaje y saneamiento. Con esta situación la pandemia se propagará de forma más aguda en la población vulnerable.

Si bien es cierto que el desplome de los principales indicadores bursátiles en Estados Unidos y Europa, coinciden con la parálisis productiva, comercial y de asilamiento de las principales economías del mundo, es falso que la causa de la recesión es la propagación del coronavirus, como lo difunden los medios masivos de comunicación. En realidad la emergencia por coronavirus solo aceleró la recesión que se venía anunciándo desde el año de 2019, la cual es resultado del desplome de las inversiones productivas, derivado de las bajas tasas de utilidad, en contraparte de las multimillonarias inversiones en el sector financiero/especulativo derivadas de la desregulación financiera que permite la obtención de tasas de utilidad más altas en menor tiempo.

4. Con el pretexto de contener el Coronavirus, los capitalistas instrumentan un millonario rescate de las empresas y bancos capitalistas con recursos del erario público, justificando que se trata de “medidas económicas para enfrentar el Coronavirus”. En Estados Unidos se destinarán 700 mil millones de dólares en estímulos o subvenciones a las empresas privadas; en Francia 300 mil millones de euros para salvar a las empresas privadas; en Alemania se prometió liquidez ilimitada a las empresas como una medida de protección frente a los efectos de la pandemia; en Inglaterra se darán 38 mil millones de dólares en estímulos fiscales.

5. Pese a lo delicado de la emergencia sanitaria, el gobierno de EE.UU. se ha negado siquiera a discutir la propuesta de que se levanten las sanciones económicas a Venezuela, Irán, Cuba y Corea del Norte, situación que complica que esas naciones enfrenten con todo su potencial y de forma más eficaz el Coronavirus. La continuación de la guerra económica de Washington contra los países que no se someten a sus interéses en plena crisis humanitaria, solo demuestra por enésima ocasión que la infamia imperialista no tiene límites.

6. Contrario a la vileza y quiebra moral de los países capitalistas, la solidaridad de los pases socialistas es incuestionable, China y Cuba brindan ayuda humanitaria a Italia, España y América Latina, cosa que no ha hecho la Unión Europea. La emergencia sanitaria demuestra que los sistemas de salud pública y la industria de la biotecnología y farmacéutica de los países socialistas, son los únicos interesados en asegurar la salud de la humanidad, fundamentalmente porque son de propiedad y orientación social, además de demostrar su superioridad tecnológica. Los países con fuertes sistemas públicos de salud han demostrado mayor capacidad de respuesta ante la emergencia y menos costos sociales para la clase trabajadora.
La pandemia del Coronavirus demuestra la bancarrota del capitalismo, no solo económica sino civilizatoria. Es por ello que la lucha por el socialismo se torna necesaria y urgente. Ante la emergencia sanitaria hoy exigimos:
1. Se garantice el 100% del salario a todas las trabajadoras y los trabajadores parados a causa de la emergencia.
2. Se garanticen los servicios de la salud y seguridad de forma gratuita a todas las familias afectadas.
3. La socialización de hospitales y la industria farmacéutica privada sin compensación económica alguna.
4. La cancelación de la deuda externa para garantizar el financiamiento del sistema público de salud.
¡NO PAGAREMOS ESTA CRISIS CON NUESTRA SALUD NI CON NUESTROS DERECHOS!
¡ES URGENTE LA ESTABILIDAD Y LA CERTIDUMBRE LABORAL!
¡ANTE LA EMERGENCIA SANITARIA, SALUD, ALIMENTOS Y SERVICIOS BÁSICOS PARA EL PUEBLO!

¡ANTE LA BARBARIE CAPITALISTA, EL FUTURO SOCIALISTA!
¡POR LA UNIDAD DE LA CLASE VENCEREMOS!

Movimiento de Izquierda Revolucionaria