México se había distinguido por su enorme solidaridad con las migrantes y refugiados que, por razones políticas o económicas, dejaban sus países, lugares de nacimiento o residencia, y emprendían la diáspora. Décadas de gobiernos rapaces, mezquinos y mercantiles trataron de cambiar esta digna posición internacional por la que México era reconocido y respetado.

Sin embargo, quienes observamos en la migración masiva una muestra más del fracaso de un sistema edificado en el despojo, la usura, la explotación, la dominación y el sometimiento de las personas y los pueblos, no podemos más que oponernos a cualquier medida que pretenda criminalizar este fenómeno. Menos a aún, cuando las y los presuntos criminales provienen de las naciones hermanas de Centroamérica, países con los que compartimos una tragicómica historia que podemos rastrear hasta varias centurias atrás.

Por estas razones, desde el Movimiento de Izquierda Revolucionaria exigimos:

1.- La cancelación inmediata y total por parte del Gobierno Mexicano y de su cancillería, de cualquier acuerdo con Estados Unidos en el que se nos obligue a violentar el derecho humano a migrar. Las personas que migran lo hacen bajo el inalienable derecho de buscar mejorar sus condiciones de vida, y México no puede ser indiferente a ello ni levantar muros físicos o simbólicos a quienes se ven necesitados de transitar y/o vivir en nuestro territorio. El gobierno de México, debe volver a ser esa mano franca que se extendía para cualquier pueblo hermano que así lo necesitara, actitud que llenó de orgullo internacional a nuestro pueblo.

2.- Que el gobierno de Estados Unidos asuma los costos y repare el daño hecho a los pueblos centroamericanos y del mundo. Las olas migratorias (verdaderos sunamis humanos) son el resultado de las políticas injerencistas norteamericanas que no han permitido la libre autodeterminación de los pueblos. Conscientes de que sus intereses son contrarios a los de la mayoría de la humanidad, los capitales estadounidenses se han encargado de mantener en la ignominia a millones de hermanos y hermanas centroamericanos, impidiéndoles desarrollarse como seres humanos plenos, negándoles los derechos más básicos y explotando desmedidamente y sin ninguna consideración las riquezas naturales de sus naciones. El gobierno de Estados Unidos es el culpable de la migración que ahora toca a sus puertas y reclama lo que por derecho e historia les corresponde. Si el gobierno del vecino país del norte quiere que las migraciones se detengan, tienen que asumir su responsabilidad y saldar la deuda que tienen con Centroamérica y el resto del continente y el mundo. Sólo así, se podrá garantizar un derecho igual de fundamental que del migrar, el de no hacerlo.

3.- Hacemos un llamado al pueblo de México a ser solidario, sensible y generoso (como tantas otras veces lo hemos sido). Ha no caer en los discursos y/o acciones de odio contra quienes recorren nuestro país para alcanzar el mal llamado “sueño americano”, o que buscan en México un nuevo hogar para ellos/ellas y sus familias. Demostremos que sabemos comportarnos a la altura que el momento nos exige. Es cierto que nuestra situación no es la mejor, pero es aquí y es así como se demuestra la grandeza de nuestro pueblo. Atacar, insultar, denigrar a las personas migrantes nos hace igual de despreciables que los racistas y xenófobos norteamericanos. Nosotros debemos demostrar cómo se trata a quien cayó en desgracias; a quien se le arrebato todo, incluso, aunque estemos en su misma situación de miseria. Porque regalar pan cuando se es un príncipe o princesa no tiene ningún mérito; quitarse el pan de la boca cuando no hay más para comer, y entregarle el mendrugo a quien no lo tiene, esa es la verdadera nobleza.

¡Porque ningún ser humano es ilegal!
¡Por el respeto a los derechos a migrar o no migrar!
¡Porque no tenemos más patria que el trabajo!
Alto a la criminalización de las y los migrantes
Movimiento de Izquierda Revolucionaria